Publicado el abril 12, 2024

Contrario al pánico general, la LOMLOE no facilita un ‘aprobado general’, sino que exige un tipo de inteligencia diferente que los padres deben aprender a fomentar.

  • El éxito ya no depende de memorizar, sino de demostrar habilidades prácticas (competencias) en la resolución de problemas.
  • Una calificación de ‘En proceso’ no es un fracaso, sino un diagnóstico que indica dónde necesita tu hijo más apoyo y entrenamiento.

Recomendación: Cambia la pregunta de «¿qué nota has sacado?» por «¿qué problema has resuelto hoy?» para alinear tu apoyo en casa con la nueva realidad del aula.

Entiendo la preocupación. Como inspector de educación durante más de treinta años, he visto muchas reformas, pero pocas han generado tanta confusión entre los padres como la LOMLOE. Leen titulares alarmistas sobre el fin de las notas, el aprobado con múltiples suspensos y sienten que el sistema educativo se desmorona. La sensación es que se está rebajando el nivel de exigencia, que sus hijos no se esforzarán y que el mérito personal ha dejado de tener valor. Permítanme decirles algo con la tranquilidad que dan los años de experiencia: respiren hondo. La mayoría de lo que han oído es una simplificación peligrosa.

La realidad es más compleja y, en mi opinión, mucho más interesante. Esta ley no es una invitación a la mediocridad. Al contrario, es un cambio en las reglas del juego. El objetivo ya no es acumular datos en la memoria a corto plazo para un examen, sino demostrar una inteligencia práctica. El sistema se mueve de un modelo que premiaba al que «sabía» a uno que premia al que «sabe hacer». Esto significa que el papel de ustedes, los padres, también debe evolucionar. Ya no basta con supervisar los deberes; ahora tienen la oportunidad de convertirse en auténticos «entrenadores de competencias», ayudando a sus hijos a desarrollar las habilidades que de verdad necesitarán en su futuro.

Este artículo no es un texto legal ni un manual burocrático. Es la charla que tendría con ustedes en una tutoría, sin prisas y sin jerga. Desmontaremos los mitos, entenderemos qué significa evaluar por competencias y, lo más importante, les daré herramientas concretas para que puedan navegar este nuevo sistema sin pánico y con eficacia. Veremos por qué memorizar ya no es suficiente, cómo interpretar las nuevas calificaciones y de qué manera pueden ayudar a su hijo a tener éxito en este nuevo paradigma educativo que, bien entendido, es una enorme oportunidad de mejora.

Para abordar todas sus dudas de manera ordenada, he estructurado esta guía en varias secciones clave. A continuación, encontrarán un resumen de los temas que trataremos, diseñados para guiarlos paso a paso por los cambios más importantes de la LOMLOE.

Por qué aprender de memoria ya no garantiza aprobar la ESO?

La idea más extendida y errónea sobre la LOMLOE es que «se aprueba sin estudiar». La realidad es que se ha cambiado el «qué» se estudia y, sobre todo, el «cómo» se demuestra. Antes, un alumno podía memorizar un temario, volcarlo en un examen y, aunque no lo entendiera, aprobar. Hoy, eso ya no es suficiente. El sistema se basa ahora en la adquisición de ocho competencias clave, que son un conjunto de destrezas, conocimientos y actitudes para la vida.

Piense en ello como aprender a conducir. Usted no aprueba el carnet solo por memorizar el manual, sino cuando demuestra en la práctica que sabe coordinar el embrague, mirar los retrovisores y reaccionar ante un imprevisto. La LOMLOE aplica esa lógica al aula. Un alumno no aprueba Historia solo por saberse las fechas de la Revolución Francesa, sino cuando es capaz de analizar sus causas, conectarlas con la actualidad y comunicar sus conclusiones. Esto es la evaluación competencial. Por eso, la decisión de si un alumno promociona de curso ya no recae en una simple media aritmética de notas.

Caso práctico: Promoción con asignaturas suspensas en la Comunidad de Madrid

En la ESO, la LOMLOE permite promocionar con múltiples suspensos si 2/3 del equipo docente lo aprueba. En la práctica, esto significa que los profesores evalúan si el alumno, pese a no superar una o dos materias, ha adquirido las competencias generales esperadas para su nivel. Consideran si podrá seguir el curso siguiente con apoyos. Esta flexibilización refleja el cambio de un modelo basado en la memorización pura hacia uno donde el proceso de aprendizaje y la madurez global del estudiante importan tanto como el resultado de un examen final.

Estas son las nuevas «asignaturas» que su hijo debe dominar, y son mucho más que simples materias:

  • Competencia en comunicación lingüística (CCL): La capacidad de expresarse y comprender, no solo de repetir.
  • Competencia plurilingüe (CP): Usar varios idiomas para comunicarse.
  • Competencia matemática y en ciencia, tecnología e ingeniería (STEM): Aplicar la lógica para resolver problemas, no solo hacer cuentas. De hecho, según el Informe PISA 2022, existe una brecha de género significativa de 10 puntos en competencia matemática en España, lo que demuestra que esta habilidad se mide y se analiza a nivel nacional.
  • Competencia digital (CD): Usar la tecnología de forma crítica y segura.
  • Competencia personal, social y de aprender a aprender (CPSAA): La más importante, ser autónomo y saber gestionar el propio aprendizaje.
  • Competencia ciudadana (CC): Participar en la sociedad de forma activa y responsable.
  • Competencia emprendedora (CE): Tener iniciativa para crear proyectos.
  • Competencia en conciencia y expresión culturales (CCEC): Apreciar y entender el arte y la cultura.

Cómo ayudar a tu hijo a estudiar por competencias sin ser profesor?

Aquí es donde su papel como padre o madre se transforma. Olvídese de ser un mero supervisor de deberes. Su nueva misión, mucho más enriquecedora, es convertirse en un «entrenador de competencias». No necesita saber de sintaxis o de la tabla periódica. Lo que necesita es cambiar el tipo de conversaciones que tiene con su hijo sobre el colegio. El objetivo es ayudarle a reflexionar sobre su propio proceso de aprendizaje.

En lugar de la clásica pregunta «¿tienes deberes?», que invita a una respuesta de sí/no, intente con preguntas abiertas que fomenten la metacognición (pensar sobre cómo piensa). Se trata de generar un diálogo que le ayude a conectar lo que hace en clase con el mundo real. Por ejemplo, si está estudiando geografía, en vez de preguntarle por los ríos de España, pueden planificar juntos un viaje imaginario usando un mapa, calculando distancias y presupuestos. Eso es aplicar la competencia matemática y geográfica de forma práctica.

Familia española planificando vacaciones juntos usando herramientas digitales en el salón de casa

Como puede ver, este tipo de aprendizaje no requiere un aula. Se puede practicar en casa, en el supermercado o planificando el fin de semana. La clave es fomentar la curiosidad y la capacidad de resolver pequeños problemas cotidianos. Para guiar estas conversaciones, aquí tiene una lista de preguntas alternativas que puede empezar a usar desde hoy mismo. Notará cómo cambia la perspectiva de su hijo sobre lo que significa «estudiar».

  • ¿Qué problema has resuelto hoy en clase?
  • ¿Qué es lo más interesante que has descubierto y por qué?
  • ¿En qué has necesitado ayuda y cómo la has conseguido?
  • ¿Qué fuentes has utilizado para tu trabajo? ¿Son fiables?
  • ¿Qué parte te costó más y cómo la superaste?
  • Si tuvieras que volver a hacer esa tarea, ¿qué cambiarías?
  • ¿Cómo has trabajado con tus compañeros en el proyecto de grupo?

Suspenso o ‘En proceso’: cómo interpretar las nuevas calificaciones sin pánico

Uno de los cambios que más ansiedad genera es la modificación de las calificaciones. El tradicional sistema numérico del 1 al 10, aunque aparentemente objetivo, era muy limitado. Un 4,8 era un suspenso rotundo, sin matices. La LOMLOE introduce términos como «Insuficiente (IN)», «Suficiente (SU)», «Bien (BI)», «Notable (NT)» y «Sobresaliente (SB)». Pero la clave está en cómo interpretar los resultados más bajos. La palabra «suspenso» está siendo reemplazada en muchos contextos por la expresión «En proceso de adquisición».

Este cambio no es un simple eufemismo. Es una declaración de intenciones. «Suspenso» suena a final, a fracaso. «En proceso», en cambio, es un diagnóstico de proceso. Le dice a usted y a su hijo: «aún no hemos llegado a la meta en esta habilidad concreta, pero estamos en el camino y sabemos dónde tenemos que trabajar». Elimina el estigma del fallo y lo convierte en un punto de partida para la mejora. Es fundamental que, como padres, adopten esta misma filosofía para no transmitir pánico, sino una actitud constructiva.

Esta visión se fundamenta en la idea de la transversalidad de las competencias. Un alumno puede tener dificultades en un área específica de matemáticas, pero demostrar una excelente competencia para aprender a aprender o para comunicarse. El sistema valora este «portafolio de evidencias» global. Como señala la propia ley, la idea es que las competencias se refuercen entre sí.

La transversalidad es una condición inherente al Perfil de salida, la consecución de cada una de las competencias clave contribuye a la adquisición de todas las demás.

– Ministerio de Educación, Real Decreto 157/2022 sobre ordenación de Educación Primaria

Por tanto, cuando en una tutoría le hablen de una competencia «en proceso», no se alarme. Active su rol de entrenador: pida ejemplos concretos, pregunte por el plan de refuerzo y trabaje en casa las habilidades subyacentes, no solo el contenido de la materia. La clave es entender el «porqué» de esa calificación para poder actuar.

España vs Finlandia: qué nos falta para alcanzar el éxito educativo real?

A menudo, cuando se habla de reformas educativas en España, surge la comparación con Finlandia, el eterno modelo de éxito. Se dice que la LOMLOE intenta acercarnos a su sistema, centrado en la autonomía del alumno, el trabajo por proyectos y menos deberes. Pero, ¿es una comparación justa? ¿Qué nos falta realmente para llegar a ese nivel? La respuesta no está solo en la metodología, sino en la estructura y los recursos.

El sistema finlandés se basa en una confianza y una inversión enormes en la educación. Los profesores son profesionales muy valorados y con una gran autonomía. Pero, sobre todo, cuentan con unas condiciones de trabajo que permiten una atención verdaderamente personalizada. Mientras en España una clase de primaria o secundaria puede tener fácilmente 25 o más alumnos por profesor, en Finlandia la situación es radicalmente distinta. Esta diferencia estructural es la base sobre la que se construye todo lo demás.

Un informe reciente de una profesora española en Finlandia arrojaba datos demoledores que ilustran esta brecha. No se trata solo de la ratio de alumnos por profesor, sino de adultos por alumno en el aula.

Este cuadro comparativo, basado en una experiencia real de una docente española en Finlandia, muestra la abismal diferencia en recursos humanos dentro del aula.

Comparación de ratios en el aula: España vs. Finlandia
Aspecto Finlandia España
Alumnos por clase 15 alumnos 25 alumnos
Adultos en el aula 3 adultos (2 maestros + 1 cuidador) 1 maestra
Ratio final 5 estudiantes por adulto 25 estudiantes por adulto
Aula finlandesa con niños realizando actividades prácticas de forma autónoma

Como se puede apreciar, la capacidad de ofrecer una atención individualizada, de detectar dificultades al instante y de trabajar en pequeños grupos no es una cuestión de voluntad, sino de recursos. Mientras no nos acerquemos a esas cifras de inversión, cualquier cambio metodológico, como el que propone la LOMLOE, se enfrentará a una enorme carrera de obstáculos. Es importante entender este contexto para tener expectativas realistas y valorar el esfuerzo titánico que realizan los docentes en nuestro país para adaptarse a este nuevo modelo en condiciones mucho más difíciles.

Cuándo elegir las optativas clave para no cerrar puertas en el Bachillerato

La filosofía de la LOMLOE, con su enfoque en la flexibilidad y la personalización, se materializa de forma muy clara en el Bachillerato. La elección de la modalidad y, sobre todo, de las asignaturas optativas, se ha vuelto más estratégica que nunca. Ya no se trata solo de elegir entre «ciencias» y «letras». La creación del Bachillerato General y la mayor optatividad permiten a los alumnos construir un «mapa de itinerarios» mucho más personal.

Esta flexibilidad es una gran oportunidad, pero también una gran responsabilidad. Una mala elección de asignaturas en 4º de la ESO o en 1º de Bachillerato puede condicionar, o incluso cerrar, el acceso a determinados grados universitarios. Por eso, es fundamental que esta decisión se tome de forma informada y estratégica, pensando a medio plazo. El nuevo Bachillerato General, por ejemplo, es una excelente opción para alumnos con intereses diversos o que aún no tienen clara su vocación.

El nuevo Bachillerato General: una vía flexible

Esta modalidad está pensada para el alumnado que aspira a una formación más generalista. Permite diseñar un itinerario propio combinando materias de humanidades, ciencias y artes. Su finalidad es proporcionar madurez intelectual y personal con un amplio abanico de saberes, ideal para futuros grados universitarios que no exigen una especialización tan temprana o para perfiles que se beneficiarán de una visión más holística.

Como padres y entrenadores, su papel aquí es ayudar a su hijo a investigar y planificar. Deben sentarse juntos a explorar las ponderaciones de la EBAU (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad). Estas ponderaciones son las que determinan qué asignaturas de Bachillerato «suman» más puntos para acceder a cada carrera. No es una decisión que se pueda tomar a la ligera.

Plan de acción: eligiendo las optativas de Bachillerato

  1. Investigar ponderaciones: Busquen en las webs de las universidades de su interés las tablas de ponderaciones para los grados que le atraen a su hijo. Identifiquen las asignaturas que ponderan con 0,2.
  2. Crear un «mapa de carreras»: Hagan una lista de 3 a 5 grados potenciales y las asignaturas clave para cada uno. Por ejemplo, para la mayoría de ingenierías, Matemáticas II y Física son imprescindibles.
  3. Evaluar modalidades: Decidan si una modalidad clásica (Ciencias y Tecnología, Humanidades, etc.) o el nuevo Bachillerato General se adapta mejor a ese «mapa de carreras». El Bachillerato General es ideal si sus intereses son mixtos.
  4. Elegir la optativa estratégica: En caso de duda entre dos optativas, elijan siempre la que ofrezca más versatilidad o pondere más alto para la opción prioritaria. Por ejemplo, para Medicina en universidades catalanas, Química y Biología son cruciales.
  5. Consultar al orientador: Antes de tomar la decisión final, validen el plan con el orientador del centro educativo. Él tiene la información más actualizada y conoce el perfil de su hijo.

Evaluación continua o examen final: qué modalidad te beneficia según tu perfil?

La LOMLOE refuerza un principio que ya venía ganando terreno: la importancia de la evaluación continua. La idea es que el aprendizaje es un proceso, no un evento único. Por tanto, el trabajo diario, los proyectos, la participación y las pruebas intermedias deben tener un peso significativo en la calificación final. Sin embargo, el examen final no ha desaparecido, especialmente en Bachillerato y en la Universidad.

La normativa universitaria, por ejemplo, suele establecer horquillas para el peso del examen final. Generalmente, según las normativas de evaluación de las universidades españolas, el examen final suele representar entre un 40% y un 60% de la nota. Esto plantea una pregunta estratégica para el estudiante: ¿qué modalidad me beneficia más? La respuesta depende de su perfil de aprendizaje. Conocerse a uno mismo, una de las competencias clave («aprender a aprender»), es fundamental para diseñar la mejor estrategia.

No todos los estudiantes rinden igual. Hay perfiles que se benefician de la constancia y el trabajo repartido, mientras que otros funcionan mejor bajo la presión de un gran examen final. Identificar a qué grupo pertenece su hijo le ayudará a enfocar sus esfuerzos de manera más inteligente. No hay una única fórmula para el éxito; se trata de alinear la estrategia de estudio con las fortalezas personales.

Para ilustrar mejor este punto, hemos adaptado una tabla que puede ayudar a identificar el perfil de su hijo y la estrategia más adecuada para él. Esta información procede de un análisis sobre estrategias de evaluación por competencias para distintos tipos de alumnos.

Perfiles de estudiante y estrategias de evaluación
Perfil Características Mejor opción Estrategia recomendada
Corredor de Fondo Trabajo constante, organizado, prefiere evitar la presión final. Evaluación continua (70%) Planificar entregas con antelación, mantener un ritmo de trabajo diario y no dejar nada para el final.
Sprinter Final Mejor rendimiento bajo presión, gran capacidad de concentración en periodos cortos. Mayor peso examen (60%) Asegurar unos mínimos en la continua y concentrar el esfuerzo de estudio intensivo en las semanas previas al examen.
El Estratega Flexible, combina ambos enfoques, sabe cuándo apretar. Equilibrio 50-50 Utilizar la evaluación continua para construir una base sólida y jugar la nota final en el examen, donde puede maximizar su rendimiento.

Estabilización de interinos: te beneficia o te perjudica si acabas de llegar a la lista?

Puede que este tema le parezca un asunto interno del profesorado, algo que no le afecta directamente. Pero se equivoca. La situación laboral de los profesores de su hijo tiene un impacto directo en la calidad y continuidad de su educación. En los últimos años, se ha llevado a cabo un proceso masivo de estabilización para reducir la alta tasa de interinidad en la docencia española. Entender cómo funciona le dará pistas sobre el tipo de profesorado que puede encontrar su hijo en el aula.

El proceso ha variado mucho entre comunidades autónomas. Algunas han optado por un «concurso de méritos», donde básicamente se ha dado plaza fija a los interinos con más años de experiencia. Otras han mantenido un «concurso-oposición», un examen que, aunque valora la experiencia, da una oportunidad a aspirantes más jóvenes y recién llegados a las listas. Esto crea un panorama muy diverso. Dependiendo de la especialidad y la comunidad, su hijo puede tener un profesor con décadas de experiencia o un recién llegado con una preparación teórica muy reciente y potente.

El impacto de la estabilización en el aula

El proceso de estabilización ha mostrado importantes diferencias entre comunidades autónomas. Mientras algunas priorizan el concurso de méritos beneficiando a interinos con años de servicio, otras mantienen el concurso-oposición dando oportunidades a nuevos aspirantes bien preparados. Esto tiene una consecuencia directa en el claustro: puede encontrarse con centros que renuevan su plantilla con perfiles más jóvenes y digitales, mientras que otros consolidan un equipo docente más veterano. Ninguna opción es intrínsecamente mejor que la otra, pero sí genera culturas de centro diferentes que pueden encajar mejor o peor con el estilo de aprendizaje de su hijo.

¿Por qué es esto relevante para usted? Un profesorado estable significa proyectos educativos a largo plazo y un mayor conocimiento del alumnado. Un centro con alta rotación de interinos tiene más dificultades para dar continuidad a su proyecto. Saber si el centro de su hijo ha tenido un proceso de estabilización que ha consolidado a su plantilla o si, por el contrario, sigue dependiendo de muchos interinos, le da una pista sobre la estabilidad del entorno de aprendizaje. No es un factor determinante, pero sí una pieza más del puzzle a la hora de valorar la educación que recibe su hijo.

Puntos clave a recordar

  • La LOMLOE no elimina la exigencia, sino que la transforma: el objetivo es saber aplicar el conocimiento, no solo memorizarlo.
  • Su rol como padre es ahora el de un «entrenador»: fomente la curiosidad y la resolución de problemas en casa con preguntas abiertas.
  • Una nota de «En proceso» es una oportunidad de mejora, no un fracaso. Pida planes de refuerzo específicos y actúe sin pánico.

Grado simple o Doble Grado: merece la pena el esfuerzo extra en el mercado actual?

Llegamos a la gran pregunta que se hacen muchos padres de alumnos en Bachillerato: ¿vale la pena el esfuerzo titánico de un doble grado? La respuesta, influenciada por la nueva filosofía educativa, es: no necesariamente. El mercado laboral actual, cada vez más, no busca titulaciones, sino competencias. Un doble grado en el currículum puede impresionar, pero de poco sirve si el candidato no demuestra las habilidades que la empresa necesita.

La LOMLOE, con su insistencia en la competencia de «aprender a aprender», la iniciativa y la resolución de problemas, está intentando, precisamente, preparar a los alumnos para esta nueva realidad. Es más valioso un estudiante que ha cursado un grado simple pero que ha participado en proyectos, ha realizado prácticas y ha desarrollado su inteligencia práctica, que uno que ha pasado cinco o seis años encerrado acumulando créditos de dos carreras sin ninguna experiencia real. La clave, como señalan los expertos en recursos humanos, es la conexión entre la formación y las necesidades del empleo.

En este sentido, una de las voces más autorizadas del mercado laboral español lo deja muy claro:

El problema es la concordancia de sus capacidades y lo que el empleo obtenido requiere. Así es como se manifiesta uno de los principales problemas de nuestro mercado laboral.

– Mónica Pérez, Directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs

Por tanto, la decisión no debe basarse en la idea de que «más es mejor». La alternativa de un grado simple complementado con un máster de especialización, prácticas o certificaciones profesionales puede ser mucho más potente y eficiente. La pregunta que deben hacerse con su hijo no es «¿qué título queda mejor?», sino «¿qué combinación de estudios y experiencias me dará las competencias que busca el sector al que me dirijo?».

  • Evaluar la sinergia: ¿Existe una conexión real y demandada entre las dos titulaciones (ej: Derecho + ADE) o es una combinación forzada?
  • Calcular el coste de oportunidad: ¿Compensan 1-2 años extra de estudio frente a la posibilidad de entrar antes en el mercado laboral y ganar experiencia?
  • Considerar la alternativa Grado + Máster: A menudo, esta opción es más flexible y permite una especialización más profunda y actualizada que un doble grado.
  • Analizar la demanda del sector: Hay sectores donde el doble grado es muy valorado, pero en muchos otros se prioriza la especialización o las habilidades blandas.
  • Valorar la capacidad personal: Un doble grado exige un altísimo nivel de rendimiento y sacrificio durante 5 o 6 años. ¿Está su hijo preparado para esa maratón?

Ahora que comprende la filosofía y los mecanismos de la LOMLOE, el siguiente paso es poner en práctica su nuevo rol de «entrenador». La próxima tutoría con el profesor de su hijo es la oportunidad perfecta para empezar.

Preguntas frecuentes sobre la evaluación con la LOMLOE

¿En qué competencias específicas se observan las dificultades de mi hijo/a?

En una tutoría, el docente debe ser capaz de especificar cuáles de las 8 competencias clave presentan mayor dificultad para su hijo y, sobre todo, proporcionar ejemplos concretos de actividades o situaciones del aula donde se ha manifestado esa dificultad.

¿Podría darme un ejemplo de una situación de aprendizaje donde no alcanzó el objetivo?

Es su derecho como padre pedir concreción. No se conforme con un «le cuesta la sintaxis». Pregunte qué se pedía exactamente en la tarea, qué proceso siguió su hijo y en qué punto exacto del proceso surgió el bloqueo. Entender el contexto es clave para poder ayudar.

¿Cuál es el plan de refuerzo que propone el centro?

La LOMLOE exige que los centros activen mecanismos de recuperación y planes de refuerzo individualizados. Pregunte qué actividades específicas, dentro o fuera del aula, se van a poner en marcha para ayudar a su hijo a adquirir la competencia que tiene «en proceso».

¿Qué diferencia hay entre Concurso de Méritos y Concurso-Oposición para los profesores?

Explicado de forma sencilla para un padre: el Concurso de Méritos ha tendido a dar plaza fija a profesores interinos con muchos años de experiencia. El Concurso-Oposición, al incluir un examen, permite que nuevos aspirantes, quizás más jóvenes o con una formación teórica más reciente, puedan competir por una plaza. Esto influye en la composición del profesorado del centro.

¿Cómo afecta a mi posición en las listas de interinos si no obtengo plaza de estabilización?

Aunque esto es una preocupación principalmente para los docentes, para usted significa que un profesor que no obtiene plaza seguirá siendo interino. Si es un buen profesional, puede que el centro intente mantenerlo, pero existe el riesgo de que cambie de destino el curso siguiente, lo que afecta a la continuidad pedagógica para su hijo.

Escrito por Elena Velasco, Orientadora educativa y psicopedagoga con 15 años de experiencia en centros de secundaria y bachillerato en Madrid. Especialista en normativa educativa (LOMLOE), orientación vocacional y acceso a la universidad (EBAU).