Publicado el marzo 15, 2024

El ‘feísmo’ en el arte público no es un fallo de gusto, sino el resultado predecible de ignorar variables técnicas y sociales clave en la planificación.

  • La durabilidad del material (acero corten vs. bronce) y su mantenimiento definen el legado y el coste a largo plazo de la obra.
  • La participación ciudadana y una correcta auditoría de escala son más importantes que el renombre del artista para la aceptación e integración de la escultura en el entorno.

Recomendación: Tratar cada encargo no como una compra decorativa, sino como un proyecto de ingeniería urbana y social con un protocolo definido.

Casi todos los municipios en España tienen una: esa rotonda o plaza presidida por una escultura que genera más memes y quejas vecinales que orgullo cívico. La historia se repite con una frecuencia alarmante: una decisión bienintencionada de embellecer el espacio público termina convertida en un costoso y polémico ejemplo de «feísmo». La reacción habitual es debatir sobre la estética de la obra, si «es bonita» o «es fea», o culpar al gusto del artista o del político de turno. Se habla de arte, pero se ignora lo fundamental.

El problema rara vez reside en la calidad artística intrínseca de la pieza. Las soluciones convencionales se centran en elegir un «buen artista» o en buscar un diseño «moderno», pero pasan por alto el complejo entramado de factores que determinan el éxito o el fracaso de una intervención artística en el espacio compartido. El feísmo no es una cuestión de gusto, sino la consecuencia visible de una mala planificación.

Pero, ¿y si el secreto para evitar el desastre no estuviera en el juicio estético, sino en un protocolo técnico riguroso? Este artículo propone un cambio de paradigma: tratar el encargo de arte público como lo que realmente es, un proyecto de ingeniería urbana y social. El éxito no depende de si la escultura «gusta», sino de si responde adecuadamente a una serie de variables críticas que a menudo se subestiman o se ignoran por completo.

A lo largo de esta guía, desglosaremos un método de trabajo para concejales de urbanismo y técnicos municipales. Exploraremos las decisiones cruciales sobre materialidad, escala, seguridad, financiación y participación ciudadana que constituyen la «gestión invisible» detrás de toda obra pública memorable. El objetivo es proporcionar un marco de trabajo que transforme una potencial fuente de conflicto en un verdadero activo para el capital simbólico y la identidad de la ciudad.

Este análisis detallado le proporcionará las herramientas necesarias para navegar el complejo proceso de comisionar arte público, asegurando que cada proyecto no solo sea viable, sino que también sea acogido y valorado por la comunidad a la que sirve. A continuación, encontrará el desglose de los temas que abordaremos.

Acero corten o bronce: qué material aguanta mejor la lluvia y el vandalismo con poco mantenimiento?

La elección del material no es una decisión meramente estética, sino la primera línea de defensa contra el paso del tiempo y el principal factor determinante del presupuesto de mantenimiento a largo plazo. En el clima variado de España, desde la costa húmeda hasta el interior seco, un material inadecuado puede convertirse en una pesadilla de óxido, corrosión y degradación. Dos de los materiales más populares en la escultura pública, el acero corten y el bronce, ofrecen respuestas muy diferentes a este desafío.

El acero corten es famoso por su pátina protectora de óxido superficial, que no solo le confiere su característico color rojizo, sino que también sella el material, deteniendo la corrosión y eliminando la necesidad de pintura o tratamientos periódicos. Esta cualidad lo convierte en una opción de bajísimo mantenimiento, ideal para presupuestos municipales ajustados. Además, su robustez lo hace muy resistente al vandalismo activo. No es casualidad que sea el material elegido para obras expuestas a las condiciones más duras.

Estudio de caso: El Peine del Viento de Eduardo Chillida

El caso más reconocible de la aplicación del acero Corten en el diseño contemporáneo es la obra escultórica ‘El Peine del Viento’ de Eduardo Chillida, creada en 1977 y ubicada en la Playa de Ondarreta, San Sebastián. Expuesta a la constante maresía y al oleaje del Cantábrico durante más de 45 años, la escultura demuestra la extraordinaria durabilidad del material, manteniendo su integridad estructural y estética con una intervención mínima, un claro ejemplo de resistencia al «vandalismo pasivo» del entorno.

Por otro lado, el bronce ofrece una estética clásica y una gran maleabilidad para los detalles finos. Sin embargo, es más susceptible a la oxidación (la pátina verdosa) y, sobre todo, a los robos por su valor como metal. El mantenimiento del bronce puede implicar limpiezas y aplicaciones de cera para protegerlo. La decisión, por tanto, va más allá del color o la forma: es un cálculo estratégico entre la estética deseada, la inversión inicial y, crucialmente, el coste y la viabilidad del plan de mantenimiento a 20 o 30 años. La elección del acero corten a menudo implica una notable reducción del coste de mantenimiento a largo plazo en comparación con otros metales, un factor clave para la gestión municipal.

Escala y proporción: por qué esa escultura gigante ahoga la plaza pequeña?

Uno de los errores más comunes y visualmente más impactantes en el arte público es la desproporción. Una escultura, por magnífica que sea de forma aislada, puede convertirse en un elemento disruptivo y opresivo si su escala no dialoga correctamente con el entorno. Una pieza demasiado grande en una plaza recoleta puede «ahogarla», empequeñeciendo la arquitectura circundante y generando una sensación de agobio. Por el contrario, una obra demasiado pequeña en una gran avenida o rotonda se perderá, pareciendo insignificante y fallando en su propósito de crear un hito visual.

La «escala humana» es un concepto fundamental. La obra debe relacionarse con el peatón, con la altura de los edificios, con el ancho de las aceras y con la velocidad a la que será percibida (no es lo mismo una escultura en una zona peatonal que en una rotonda vista desde un coche). Ignorar estas relaciones es una receta para la fatiga estética, donde la obra pasa de ser un punto de interés a un obstáculo visual.

Vista aérea de plaza española con simulación holográfica de escultura mostrando diferentes escalas y proporciones

La tecnología actual ofrece herramientas indispensables para evitar este error. La simulación 3D y la realidad aumentada permiten a los técnicos y a los ciudadanos visualizar el impacto de la obra en el espacio real antes de fundir un solo gramo de metal. Como se aprecia en la simulación, superponer digitalmente diferentes tamaños de la propuesta sobre el entorno real permite tomar una decisión informada, ajustando las dimensiones para lograr un equilibrio armónico en lugar de una imposición.

Plan de acción: Auditoría de escala y proporción

  1. Puntos de contacto: Realizar un estudio del entorno listando todos los elementos clave con los que la escultura interactuará (altura de edificios, mobiliario urbano, arbolado, flujos peatonales y de tráfico).
  2. Collecte: Crear un modelo volumétrico o maqueta de la propuesta y fotografiarlo in situ desde múltiples ángulos (a nivel de peatón, desde ventanas de edificios cercanos, desde el acceso a la plaza).
  3. Cohérence: Confrontar las dimensiones de la propuesta con los datos del estudio del entorno. ¿La altura compite con la fachada del ayuntamiento? ¿El ancho bloquea una línea de visión importante?
  4. Mémorabilité/émotion: Utilizar herramientas de simulación 3D para generar visualizaciones realistas. Organizar una sesión con vecinos para mostrarles estas imágenes y recoger sus impresiones sobre la sensación espacial que transmite.
  5. Plan d’intégration: Redactar un informe de viabilidad de escala que justifique las dimensiones finales, incluyendo una verificación explícita de que no obstaculiza la visibilidad de conductores en rotondas, según las directrices para esculturas en rotondas.

Cómo involucrar a los vecinos en la elección para que no odien la escultura?

Una escultura impuesta es, a menudo, una escultura rechazada. La percepción de que una obra ha sido decidida «a puerta cerrada» por políticos o técnicos, sin contar con la opinión de quienes convivirán con ella a diario, es el camino más rápido para generar animadversión. La participación ciudadana no es un trámite burocrático ni una concesión, sino la herramienta más poderosa para asegurar la apropiación social de la obra. Cuando los vecinos sienten que han sido parte del proceso, la escultura deja de ser «la del ayuntamiento» para convertirse en «la de nuestra plaza».

Involucrar a la comunidad no significa necesariamente someter el diseño final a un referéndum popular, lo que podría llevar a decisiones conservadoras o poco arriesgadas. Se trata de un proceso estructurado para co-crear el proyecto. Esto puede incluir talleres para definir los temas o valores locales que la obra podría representar, la creación de jurados mixtos (con expertos, técnicos y vecinos) o la votación entre una selección de propuestas finalistas previamente validadas por un comité técnico.

Estudio de caso: Proceso participativo de la Fundación EDP

Un modelo ejemplar es el implementado por la Fundación EDP en municipios como Ribera de Arriba (Asturias). El proceso comienza con una fase de participación ciudadana para conocer las necesidades e identidad de los vecinos. Con esa información, se lanza un concurso de ideas. Un equipo técnico y los propios ciudadanos participan en la selección de los proyectos premiados, y los artistas ganadores colaboran con equipos locales en la ejecución. Este enfoque garantiza que la obra final no solo sea de calidad, sino que esté profundamente arraigada en el contexto social y cultural del lugar.

Este enfoque consultivo no solo legitima la decisión final, sino que también enriquece el proyecto con perspectivas que los técnicos o los artistas podrían pasar por alto. Es una inversión en el capital simbólico de la ciudad. Además, alinea la gestión municipal con las directrices europeas, ya que, según la normativa europea sobre participación ciudadana, es precisamente a nivel local donde los derechos democráticos se pueden ejercer de forma más directa y efectiva. Un proceso transparente y bien comunicado transforma a los vecinos de potenciales críticos en los primeros embajadores de la obra.

Anclajes y aristas: cómo evitar que la escultura sea un peligro para los niños que juegan?

Una escultura en un espacio público no es una pieza de museo. Está expuesta a la interacción, intencionada o no, de los ciudadanos. Especialmente en plazas y parques, es inevitable que los niños la vean como un elemento de juego más. Ignorar esta realidad en la fase de diseño es una negligencia grave que puede convertir una obra de arte en un riesgo para la seguridad pública. La auditoría de viabilidad debe incluir, de forma prioritaria, un análisis de riesgos exhaustivo.

El diseño debe anticipar los comportamientos. ¿La escultura invita a ser escalada? Entonces, sus superficies deben ser antideslizantes y no debe tener alturas de caída peligrosas. ¿Tiene aristas o puntas? Deben ser eliminadas o redondeadas para evitar cortes. ¿Está compuesta por elementos pequeños que podrían desprenderse? Su ensamblaje debe ser a prueba de vandalismo y del paso del tiempo. Los materiales, además, no deben ser tóxicos ni calentarse excesivamente bajo el sol del verano español.

Niños interactuando con escultura de formas orgánicas redondeadas en parque español, superficies suaves sin aristas

La seguridad no se limita a la superficie de la obra, sino también a su estructura. La cimentación y los anclajes son críticos. Deben ser calculados por ingenieros especializados para soportar no solo el peso propio de la escultura y la fuerza del viento, sino también cargas imprevistas, como el peso de varias personas subidas a ella. La normativa que se aplica a los parques infantiles, como la UNE-EN 1176, puede servir de guía valiosa para evaluar la seguridad de una escultura destinada a un espacio con alta afluencia de familias.

A continuación se presenta una tabla con la normativa principal a considerar en España.

Normativas de seguridad y legales aplicables a esculturas públicas
Normativa Ámbito de aplicación Requisitos principales
Código Técnico de la Edificación (CTE) Construcciones y obras públicas Estabilidad estructural, cimentación adecuada
UNE-EN 1176 Espacios de juego infantil Eliminación de aristas, alturas seguras, materiales no tóxicos
Ley de Propiedad Intelectual Derechos de autor Las obras situadas permanentemente en parques, calles, plazas u otras vías públicas pueden ser reproducidas, distribuidas y comunicadas libremente

Grúas y permisos: el coste oculto de mover 5 toneladas de acero que nadie calcula

Uno de los errores más frecuentes en la presupuestación del arte público es centrarse casi exclusivamente en el coste del material y los honorarios del artista. Sin embargo, estos suelen ser solo la punta del iceberg. Los costes ocultos, relacionados con la logística, la instalación y la burocracia, pueden llegar a duplicar el presupuesto inicial si no se planifican con antelación. Una escultura monumental no se instala, se «produce» en el espacio público, y esa producción tiene un coste significativo.

El precio del material en bruto, por ejemplo, es solo el comienzo. Según datos de mercado, aunque una plancha de 1,5 mm de acero Corten puede parecer asequible, el coste final se dispara con el conformado, la soldadura y el acabado. Pero los gastos verdaderamente olvidados aparecen después. Mover una pieza de varias toneladas desde el taller del artista hasta su ubicación final requiere un transporte especial, con sus correspondientes seguros y permisos. La instalación en sí misma implica la contratación de una grúa de gran tonelaje y operarios cualificados, lo que a su vez exige la tramitación de permisos de ocupación de la vía pública y, a menudo, la coordinación con la policía local para cortar el tráfico.

Antes incluso de que llegue la grúa, es imprescindible realizar un estudio geotécnico del terreno y un proyecto de cimentación, ejecutado por ingenieros, que garantice la estabilidad de la obra. A todo esto hay que sumar las tasas por la licencia de obra mayor, que varían en cada ayuntamiento. La siguiente lista desglosa los costes que todo técnico municipal debe incluir en su auditoría de viabilidad, según apuntan especialistas en ornamentación pública:

  • Licencia de obra mayor del ayuntamiento.
  • Permisos de ocupación de vía pública durante la instalación.
  • Tasas de policía municipal para cortes de tráfico.
  • Estudio y proyecto de cimentación por técnicos especializados.
  • Gestión del transporte especial y soluciones logísticas.
  • Seguros de transporte y de responsabilidad civil durante la instalación.
  • Alquiler de grúa especializada y equipo de montaje.
  • Plan de mantenimiento a 20 años (limpieza, restauración, protección).

Ignorar esta lista es la vía directa a un sobrecoste que puede paralizar el proyecto o generar una crisis presupuestaria. Un buen gestor público no solo elige el arte, sino que calcula y provisiona hasta el último coste de su implantación.

Crowdfunding o patrocinios: cómo financiar la restauración de la ermita sin dinero público?

Aunque el título de esta sección menciona la restauración de una ermita, las lecciones sobre financiación alternativa son directamente aplicables al encargo de una nueva escultura pública. La dependencia exclusiva de los presupuestos municipales es a menudo una limitación. Explorar modelos de financiación mixta no solo alivia la carga sobre las arcas públicas, sino que también puede fortalecer el vínculo de la comunidad y el tejido empresarial con el proyecto. Los mecanismos utilizados para salvar el patrimonio, como una ermita, pueden inspirar la creación de nuevo patrimonio.

El patrocinio empresarial es una de las vías más directas. La Ley de Mecenazgo en España ofrece importantes deducciones en el Impuesto de Sociedades para las empresas que invierten en cultura. Un convenio bien estructurado entre el ayuntamiento y una empresa local puede cubrir una parte significativa del coste a cambio de visibilidad, alineando los intereses de la compañía con la mejora del entorno urbano. El papel del ayuntamiento es facilitar estos acuerdos y presentar el proyecto no como un gasto, sino como una inversión en la marca y el valor de la ciudad.

Otra opción en auge es el crowdfunding cultural a través de plataformas como Goteo o Verkami. Este modelo permite que cientos de ciudadanos realicen pequeñas aportaciones, convirtiéndose en micro-mecenas. Más allá del dinero recaudado, su principal valor es que genera un extraordinario sentido de pertenencia. La campaña de comunicación necesaria para el crowdfunding sirve, además, como un test de interés público. Para el artista, estas transacciones se benefician de un IVA reducido al 10% para obras de artistas, lo que facilita la financiación.

La siguiente tabla compara las principales opciones de financiación disponibles en España, un recurso clave para cualquier técnico que busque diversificar las fuentes de ingresos para un proyecto de arte público.

Opciones de financiación para arte público en España
Modelo de financiación Ventajas fiscales Requisitos
Patrocinio empresarial directo Deducciones en Impuesto de Sociedades según Ley de Mecenazgo Convenio con ayuntamiento, visibilidad de marca
Crowdfunding cultural (Goteo, Verkami) IVA reducido al 10% para obras de artistas Campaña de comunicación, recompensas simbólicas
Fundación sin ánimo de lucro Exenciones fiscales para donantes Constitución legal, gestión transparente
Presupuestos participativos municipales No aplica (fondos públicos) Votación ciudadana, límite presupuestario

Puntos clave a recordar

  • El éxito de una escultura pública depende de un proceso técnico y social riguroso, no solo del gusto estético.
  • La durabilidad del material, la seguridad para los ciudadanos y la correcta escala son factores no negociables que deben auditarse desde el inicio.
  • La participación ciudadana y la búsqueda de financiación alternativa son las mejores pólizas de seguro contra el rechazo social y las limitaciones presupuestarias.

Embalaje y transporte: cómo llevarte el cuadro sin dañarlo si no contratas envío?

Este título, aunque aparentemente centrado en un cuadro, nos alerta sobre un aspecto crítico y a menudo subestimado en todo proyecto artístico: la micro-logística. En el contexto de una escultura monumental, el equivalente no es llevarse un cuadro, sino el manejo de las maquetas y modelos a escala. La forma en que se transporta la maqueta del artista a las oficinas municipales para su presentación y aprobación es un reflejo de la profesionalidad del proyecto en su conjunto.

Creer que se puede «ahorrar» en este paso, pidiendo al artista que la traiga «en su coche», es un error de cálculo. Una maqueta es una pieza delicada y, a menudo, el único prototipo físico del proyecto. Un daño durante un transporte inadecuado puede suponer semanas de retraso y costes de reparación, o peor aún, llevar a una presentación deficiente que no haga justicia al proyecto y condicione negativamente la decisión del comité.

El transporte de la maqueta debe ser tratado como una fase más del proyecto, con su propio presupuesto y protocolo. Esto implica:

  • Embalaje profesional: Utilizar cajas a medida, con materiales de protección interna (espuma, poliestireno) que inmovilicen la pieza y absorban vibraciones.
  • Transporte asegurado: Contratar un servicio de mensajería especializado en obras de arte o objetos frágiles que ofrezca un seguro por el valor de reposición de la maqueta.
  • Documentación: Acompañar el envío con un informe de condición, con fotografías, que certifique el estado de la pieza antes y después del transporte.

Este nivel de rigor no es un exceso de celo, sino una gestión de riesgos fundamental. Demuestra respeto por el trabajo del artista y asegura que las decisiones se tomen sobre una representación impecable de la obra final. Considerar esta micro-logística desde el principio evita contratiempos que, aunque pequeños, pueden erosionar la confianza y la eficiencia del proceso global. Es otro de los «costes ocultos» que un buen gestor debe anticipar.

Cómo organizar una exposición de arte local con presupuesto cero?

Antes de embarcarse en la inversión significativa que supone una escultura permanente, ¿cómo puede un ayuntamiento testar las aguas, medir el interés de la comunidad y descubrir talento local sin arriesgar grandes sumas de dinero? La respuesta puede estar en una estrategia aparentemente ajena: organizar una exposición de arte local con presupuesto cero. Esta táctica no es un fin en sí misma, sino un proyecto piloto inteligente y de bajo riesgo.

Organizar un evento de este tipo puede servir como una «auditoría social y artística» en vivo. Permite ver qué temas, estilos y formatos generan más interés y debate entre los vecinos. Es una oportunidad para identificar a los artistas locales con potencial, cuyas obras podrían ser consideradas para futuras comisiones o proyectos de menor escala. En lugar de depender de un único artista foráneo, se activa el ecosistema creativo de la propia ciudad.

¿Cómo se logra con presupuesto cero? La clave está en la colaboración y el aprovechamiento de los recursos existentes:

  • Espacios: Utilizar edificios municipales temporalmente vacíos, el vestíbulo del ayuntamiento, la biblioteca pública, o incluso locales comerciales cedidos temporalmente a cambio de visibilidad.
  • Convocatoria: Lanzar una convocatoria abierta a todos los artistas del municipio a través de los canales de comunicación del ayuntamiento y las redes sociales.
  • Organización: Implicar a asociaciones culturales locales o a voluntarios del área de cultura en el montaje y la difusión.
  • Difusión: Apoyarse en la prensa local y en la comunicación digital para dar a conocer el evento.

El resultado es mucho más que una simple exposición. Es una plataforma para el diálogo, un termómetro del gusto colectivo y un semillero de talento. Los datos y las impresiones recogidas durante este evento son de un valor incalculable a la hora de redactar el «briefing» para una futura escultura permanente. Permite pasar de la especulación a la evidencia, asegurando que el gran proyecto final esté más alineado con la identidad y las sensibilidades de la comunidad. Es, en definitiva, la forma más inteligente de des-mitificar el proceso creativo y empezar a construir el consenso desde la base.

Para asegurar el éxito a largo plazo, es crucial empezar con buen pie. Entender cómo un piloto de bajo coste puede informar un gran proyecto es una estrategia de gestión avanzada.

Para aplicar estos principios de manera efectiva, el siguiente paso práctico consiste en realizar una auditoría de viabilidad completa para su próximo proyecto de arte público, integrando estas variables técnicas, sociales y financieras desde la fase conceptual inicial.

Escrito por Clara Pons, Productora cultural y gestora de proyectos creativos con experiencia en artes escénicas, cine independiente y mercado del arte. Experta en financiación cultural, derechos de autor y logística de eventos.