Publicado el abril 16, 2024

En resumen:

  • La conservación de un archivo con presupuesto limitado no se basa en tecnología cara, sino en conocimiento, prevención y protocolos inteligentes.
  • Es más rentable invertir en diagnóstico de bajo coste (detectores, dataloggers) que en reparaciones de desastres.
  • La elección correcta de materiales de almacenamiento (cajas, carpetas) es la primera línea de defensa contra el deterioro químico.
  • Ante una emergencia como una inundación, un protocolo claro y rápido es más valioso que cualquier equipo.
  • Las mismas habilidades de observación que protegen documentos pueden ayudar a identificar anomalías en obras de arte.

Gestionar un archivo histórico en una pequeña institución es, a menudo, una labor heroica. Se custodian legajos centenarios, fotografías únicas y documentos que son la memoria de una comunidad, pero los recursos son inversamente proporcionales a su valor. La idea de instalar un sistema de climatización profesional, con control de humedad y temperatura de miles de euros, es una quimera para la mayoría. Esto lleva a una parálisis por frustración, pensando que sin un gran presupuesto, la batalla contra el deterioro está perdida.

La sabiduría popular en conservación se centra en soluciones obvias pero inalcanzables: «instale un climatizador», «digitalice todo con equipos profesionales». Pero, ¿y si el enfoque estuviera equivocado? ¿Si la clave no fuera el dinero, sino la estrategia? Este es el principio de la «guerra de guerrillas» de la conservación: usar la inteligencia y la anticipación para ganar con recursos limitados. Se trata de entender los mecanismos de degradación para actuar antes de que ocurran, con herramientas que están al alcance de cualquier bolsillo.

Este artículo no es un catálogo de equipos caros. Es un manual de combate. Demostraremos que con decisiones inteligentes sobre materiales, protocolos de emergencia bien definidos y tecnología de diagnóstico asequible, se puede establecer un entorno seguro para el patrimonio documental. Abordaremos desde la detección temprana de plagas hasta la gestión de soportes digitales obsoletos. Y como el ojo del conservador debe ser versátil, concluiremos con técnicas de bajo coste para un primer análisis de autenticidad en obras de arte, una habilidad sorprendentemente útil en instituciones con fondos mixtos.

Para facilitar la consulta, este manual de estrategia se divide en ocho misiones clave. Cada una aborda una amenaza específica y proporciona tácticas de bajo coste para neutralizarla, permitiéndole construir un plan de defensa integral para su patrimonio.

Pececillos de plata y hongos: cómo detectarlos antes de que se coman los legajos?

El primer enemigo en la guerra de guerrillas de la conservación es silencioso e invisible hasta que el daño es irreversible. Los pececillos de plata (Lepisma saccharina) y las esporas de hongos proliferan en condiciones de humedad por encima del 60% y oscuridad, las mismas que a menudo se dan en depósitos sin climatización. No se trata de fumigar a posteriori, una opción cara y agresiva, sino de establecer un sistema de vigilancia activa y de bajo coste. La detección temprana es la victoria.

Instituciones como el Archivo Histórico Nacional basan su estrategia en la prevención, entendiendo que asegurar la conservación es un conjunto de procedimientos preventivos. La clave es la inspección visual sistemática y el uso de trampas «centinela». Estas no son para exterminar, sino para diagnosticar. Colocadas en puntos estratégicos (esquinas, zonas húmedas, cerca de tuberías), su revisión periódica le informa de la presencia y el nivel de actividad de insectos, permitiéndole actuar de forma localizada antes de una infestación masiva. Una inversión mínima en trampas adhesivas le proporciona datos cruciales para la toma de decisiones.

Este mapa de riesgos biológicos le permite visualizar los puntos calientes de su depósito. Para crearlo, solo necesita un plano simple y las trampas.

Vista macro de pececillos de plata y hongos en documentos antiguos

Como se puede apreciar en la micrografía, el daño por biodeterioro es estructural. Las fibras del papel son devoradas, debilitando el soporte de forma permanente. El objetivo de la vigilancia es evitar llegar a este punto. Unas pocas trampas y una rutina de inspección mensual son su sistema de alerta temprana, una herramienta de inteligencia infinitamente más valiosa que una fumigación tardía.

Para asimilar la importancia de esta primera línea de defensa, es fundamental releer los principios de la detección temprana de amenazas biológicas.

Por lo tanto, la primera misión no es comprar insecticidas, sino invertir en información. Conozca a su enemigo y su ubicación para poder actuar con precisión quirúrgica y presupuesto mínimo.

Cajas de cartón ácido vs libre de ácido: por qué tu elección de hoy destruirá el papel mañana?

La segunda amenaza es aún más insidiosa que los insectos porque la introduce usted mismo: el material de almacenamiento. Usar cajas de cartón estándar, como las de mudanza, para guardar documentos históricos es el equivalente a alojarlos junto a una bomba de relojería química. Estos cartones tienen un pH ácido que, con el tiempo, migra al papel contenido en su interior, provocando su fragilidad, amarilleamiento y eventual desintegración. Este fenómeno se conoce como migración ácida.

La diferencia entre una caja de «cartón ácido» y una «libre de ácido» (con pH neutro o ligeramente alcalino) no es un capricho de conservador, es pura química. El papel antiguo, especialmente el fabricado a partir del siglo XIX con pulpa de madera, ya es intrínsecamente ácido y frágil. Almacenarlo en un contenedor ácido acelera exponencialmente su degradación. Por el contrario, una caja con reserva alcalina no solo no daña el documento, sino que ayuda a neutralizar los ácidos que este ya contiene, ralentizando activamente su envejecimiento.

El sobrecoste de las cajas de conservación de pH neutro es real, pero debe verse como una inversión, no como un gasto. Aquí entra en juego la «inteligencia de materiales». Si su presupuesto es limitado, no tiene por qué comprar cajas de máxima calidad para todo el fondo. Debe crear un sistema de priorización. Documentos de alto valor histórico, en mal estado de conservación o de consulta frecuente deben tener prioridad absoluta para el almacenamiento en materiales de calidad de archivo. Los fondos secundarios o menos valiosos pueden esperar o usar soluciones de menor coste pero aun así seguras.

Comprender este principio es tan vital que merece la pena repasar por qué su elección de material de archivo es crítica.

No se deje engañar por el ahorro inmediato. Cada euro que ahorra hoy en una caja de cartón de baja calidad se convertirá en cientos de euros necesarios para la restauración de un documento mañana, si es que la restauración es posible. La elección del contenedor es una de las decisiones más rentables a largo plazo que puede tomar.

Escáner plano o cenital: qué tecnología respeta la encuadernación antigua?

La digitalización se presenta a menudo como la solución definitiva para la preservación, pero puede ser un arma de doble filo. El proceso de escaneado, si no se realiza correctamente, puede causar más daño físico al original que décadas de mala conservación. El principal culpable es el escáner plano convencional. Obligar a un libro antiguo, con una encuadernación frágil y una apertura limitada, a aplanarse sobre un cristal ejerce una tensión destructiva sobre el lomo y las costuras. Cada página escaneada de esta forma puede significar una micro-fractura en la estructura del libro.

La tecnología que respeta la integridad del original es el escáner cenital. Este equipo fotografía el documento desde arriba, permitiendo que el libro descanse en un soporte en V con un ángulo de apertura natural y seguro. Como demuestra la experiencia del Archivo Municipal de Huesca con sus actas de los siglos XV al XVII, para evitar daños irreparables, la única opción viable es un escáner que fotografía los documentos desde arriba sin forzar las encuadernaciones.

El problema, de nuevo, es el coste. Un escáner cenital profesional es caro. Pero aquí es donde la «guerra de guerrillas» se vuelve creativa. Es posible construir una estación de digitalización casera de alta calidad con una cámara DSLR (réflex digital), un trípode o soporte de reproducción y una buena iluminación. El principio es el mismo: capturar la imagen desde arriba sin estresar el objeto.

Escáner cenital profesional digitalizando libro antiguo en archivo

La clave no está en el equipo, sino en la técnica: una iluminación uniforme para evitar reflejos, el uso de calzas para mantener el libro estable y una resolución de captura adecuada (mínimo 300 dpi). La siguiente guía le mostrará cómo montar su propia estación de digitalización respetuosa con un presupuesto mínimo.

Plan de acción: Construcción de soporte de digitalización casero con DSLR

  1. Materiales necesarios: Adquiera una base estable (ej. 85x50cm), un brazo de soporte o columna de reproducción (aprox. 70cm de altura) y una barra roscada de 3/8 de pulgada para montar la cámara.
  2. Configuración de la cámara: Fije la cámara en posición cenital (mirando hacia abajo) a unos 17cm sobre el documento, asegurando que el sensor esté perfectamente perpendicular a la superficie a fotografiar.
  3. Iluminación: Utilice dos focos LED de luz día (5500K) colocados en un ángulo de 45 grados a cada lado del documento para crear una iluminación homogénea y eliminar reflejos y sombras.
  4. Calzas para libros: Construya o adquiera calzas de espuma de unos 5cm de altura para soportar las tapas del libro, asegurando que el ángulo de inclinación de las páginas nunca supere los 15 grados para no forzar el lomo.
  5. Configuración de captura: Establezca la resolución mínima de la cámara para obtener 300 ppp (píxeles por pulgada) en el documento final y dispare siempre en formato RAW para obtener la máxima calidad y flexibilidad en el post-procesado.

La inversión en un sistema de digitalización respetuoso, ya sea comprado o construido, es fundamental. Para entenderlo, revise de nuevo la diferencia entre un escáner plano y uno cenital.

Digitalizar no es solo crear una copia; es un acto de conservación en sí mismo. Asegurarse de que el proceso no daña el original es la prioridad número uno, y esto se puede lograr con inteligencia y técnica más que con dinero.

Qué hacer en los primeros 30 minutos si se inunda el depósito del archivo?

Frente a una inundación, el pánico es el peor consejero. La supervivencia de los documentos no depende de la cantidad de agua, sino de la rapidez y la corrección de la respuesta inicial. Cada minuto cuenta, y tener un protocolo claro puede significar la diferencia entre la pérdida total y la recuperación exitosa. El mayor enemigo después del agua es el moho; su aparición es casi inevitable si los documentos permanecen mojados. De hecho, el tiempo máximo antes de que aparezcan hongos de forma irreversible es de solo 48-72 horas en condiciones de humedad y temperatura ambiente.

Por tanto, el objetivo en los primeros 30 minutos es estabilizar la situación y preparar los documentos para su secado o congelación. La congelación es una técnica de «pausa»: detiene la acción del agua y el crecimiento de moho, dándole tiempo para organizar el secado posterior. Contactar con empresas de congelación de alimentos (camiones frigoríficos, arcones industriales) es una táctica de guerrilla sorprendentemente efectiva y accesible en una emergencia.

El siguiente protocolo de emergencia es su guía de actuación. Imprímalo, plastifíquelo y déjelo en un lugar visible y accesible fuera del depósito. En una crisis, no tendrá tiempo de buscarlo en un ordenador. Este plan debe ser memorizado y, si es posible, ensayado.

Protocolo de emergencia: Primeros 30 minutos ante una inundación

  1. Minutos 0-5: Seguridad ante todo. Corte inmediatamente el suministro eléctrico general del área afectada para evitar riesgos de electrocución. Llame a los servicios de emergencia (Protección Civil en el 112 en España).
  2. Minutos 5-10: Evalúe la seguridad estructural. Antes de entrar, asegúrese de que no hay riesgo de derrumbe del techo o las estanterías. Nunca entre solo.
  3. Minutos 10-15: Inicie la extracción de agua. Si es seguro, comience a retirar el agua estancada con bombas de achique, aspiradores de líquidos o, en su defecto, cubos y fregonas. El objetivo es bajar el nivel del agua lo más rápido posible.
  4. Minutos 15-20: Comience el triaje de documentos. No intente salvarlo todo a la vez. Priorice: identifique los documentos de mayor valor histórico o legal y los que están más dañados. Estos serán los primeros en ser evacuados.
  5. Minutos 20-25: Separe y estabilice. A medida que rescata los documentos mojados, intercale papel secante (sin tinta) o film de polietileno entre ellos para evitar que la tinta se transfiera y las hojas se peguen formando un bloque.
  6. Minutos 25-30: Busque una solución de congelación. Mientras el equipo trabaja, una persona debe estar al teléfono contactando empresas locales de transporte frigorífico o almacenes de alimentos congelados para organizar una congelación masiva y urgente de los documentos.

La gestión de una crisis es abrumadora. Releer este protocolo de actuación inmediata le ayudará a fijar los pasos en su memoria.

La preparación es la única defensa real contra el desastre. Un plan de emergencia no cuesta dinero, solo tiempo y previsión. Es la herramienta de conservación más rentable que jamás tendrá.

Por qué encontrar blanco de titanio en un cuadro «del siglo XVII» prueba que es falso?

El ojo entrenado de un conservador, acostumbrado a detectar cambios sutiles en el papel, también puede ser una herramienta de primer nivel para la autenticación de arte. Una de las técnicas más sencillas y eficaces es la detección de anacronismos materiales. Un anacronismo es un elemento (en este caso, un pigmento) que no podría existir en la época en la que supuestamente se creó la obra. Es una prueba irrefutable de falsificación o de una restauración muy posterior.

El ejemplo paradigmático es el blanco de titanio (dióxido de titanio). Este pigmento, hoy omnipresente por su opacidad y blancura brillante, no fue patentado para su uso artístico hasta 1921. Antes de esa fecha, el pigmento blanco por excelencia durante siglos fue el blanco de plomo (albayalde), más cálido y menos cubriente. Por lo tanto, si un análisis químico detecta la presencia de blanco de titanio en una capa de pintura original de un cuadro atribuido, por ejemplo, a Velázquez o a cualquier maestro del siglo XVII, la conclusión es inequívoca: la obra no puede ser de ese período.

Este principio se aplica a muchos otros pigmentos. El azul de Prusia no estuvo disponible hasta después de 1724. Los amarillos de cadmio no aparecieron hasta mediados del siglo XIX. Conocer la cronología de los pigmentos es una de las herramientas de diagnóstico más potentes y de bajo coste. No requiere equipos sofisticados, sino una pequeña muestra (si es posible obtenerla) y un análisis en un laboratorio universitario, o simplemente, un conocimiento profundo de la historia del arte y sus materiales para saber qué buscar.

Así, el estudio de los materiales trasciende la mera conservación. Se convierte en una herramienta de investigación histórica que, en muchos casos, puede resolver enigmas que la simple observación estilística no puede descifrar.

Dataloggers baratos: cómo medir el clima del archivo sin gastar miles de euros?

Hablar de controlar la humedad y la temperatura sin un climatizador puede sonar a resignación, pero es todo lo contrario: es una llamada a la acción informada. No puede controlar lo que no puede medir. La herramienta fundamental para esta misión no es un deshumidificador, sino un termohigrómetro o datalogger. Su función es registrar de forma continua los valores de temperatura y humedad relativa (HR), proporcionándole un diagnóstico preciso del «clima» de su depósito.

Los sistemas profesionales de monitorización pueden costar miles de euros, pero el mercado ofrece alternativas de bajo coste sorprendentemente eficaces. Un simple datalogger USB, que puede costar entre 30 y 100 euros, es suficiente para empezar. Coloque varios en diferentes puntos del depósito (cerca del suelo, en una estantería alta, cerca de una pared exterior) y descárguelos semanalmente. Los datos revelarán patrones: ¿hay picos de humedad después de llover? ¿La pared norte es un punto de condensación? ¿La temperatura se dispara en verano por la tarde?

Con estos datos, sus acciones dejan de ser a ciegas. En lugar de tener un deshumidificador funcionando 24/7, puede encenderlo solo durante los picos de humedad detectados. Puede decidir mover documentos valiosos de una zona con fluctuaciones extremas a otra más estable. Incluso han surgido soluciones innovadoras en España, como el sistema SENSONET, que fue diseñado específicamente para museos y archivos con la idea de facilitar el trabajo a los conservadores con dataloggers inalámbricos de bajo mantenimiento, cuyo único coste recurrente es el cambio de pilas AA baratas cada varios años. Esto demuestra que la tecnología de diagnóstico low-cost es una realidad.

El poder de la información es inmenso. Para apreciar su valor, es útil recordar cómo puede medir el clima de su archivo con una inversión mínima.

El objetivo de la conservación preventiva no es mantener unos valores ideales y estáticos de 50% HR y 18°C, algo imposible sin un sistema HVAC. El objetivo es conocer las condiciones reales de su espacio para minimizar las fluctuaciones bruscas, que son las que más dañan los materiales. Y para eso, la información de un datalogger barato es su mejor aliado.

CDs, DVDs y discos duros viejos: cuándo pasarlos a un soporte nuevo antes de que mueran?

En la era digital, la amenaza no es solo física. La información almacenada en soportes como CDs, DVDs o discos duros antiguos se enfrenta a un enemigo implacable: la obsolescencia programada y la degradación del soporte. Creer que un CD grabado en el año 2000 es un archivo «permanente» es un error catastrófico. Estos soportes tienen una vida útil limitada y, lo que es peor, los lectores para acceder a ellos desaparecen, convirtiendo sus datos en rehenes de una tecnología extinta.

La migración de datos no es una opción, es una obligación cíclica. La clave es saber cuándo actuar. No se trata de migrarlo todo constantemente, sino de establecer una matriz de riesgo basada en el tipo de soporte y su antigüedad. Por ejemplo, los CD-R de primera generación tienen una vida útil estimada de apenas 10-15 años en condiciones óptimas. Si tiene fondos en este formato, su migración es crítica y urgente. La siguiente tabla, basada en directrices de conservación digital, ofrece una guía de actuación clara.

Matriz de riesgo de obsolescencia para soportes digitales
Soporte Vida útil estimada Prioridad migración Formato destino recomendado
CD-R (2000-2005) 10-15 años CRÍTICA Archivo digital + nube
DVD±R (2005-2010) 15-20 años ALTA Disco duro + backup
Disco ZIP/JAZ Ya obsoleto URGENTE Migración inmediata
VHS/Casete 20-30 años ALTA Digitalización profesional

Además del soporte, el formato del archivo es igual de importante. Como subraya el Ministerio de Cultura en sus directrices, la durabilidad a largo plazo depende de la elección de formatos abiertos y estándar. Lo explica con claridad en sus normas de conservación preventiva.

La elección de formatos abiertos y estándar como PDF/A, TIFF, FLAC es crucial según el Esquema Nacional de Interoperabilidad

– Ministerio de Cultura, Normas de conservación preventiva IPCE

Usar formatos propietarios (como un .doc de una versión antigua de Word) es crear un futuro problema de acceso. Un archivo TIFF o un PDF/A, en cambio, garantizan una mayor probabilidad de poder ser leídos por el software del futuro.

La preservación digital es una carrera de relevos, no un destino final. Su labor es asegurarse de pasar el testigo al siguiente formato antes de que el corredor actual (su viejo CD o disco duro) caiga exhausto.

Puntos clave a recordar

  • La conservación preventiva es una estrategia de inteligencia: se basa en medir, detectar y anticipar, no en reaccionar.
  • Cada decisión sobre materiales, desde una caja de cartón hasta un formato de archivo digital, tiene consecuencias a largo plazo para la supervivencia del patrimonio.
  • La preparación ante emergencias, mediante protocolos claros y ensayados, es la inversión más rentable y de coste cero que puede realizar.

Cómo saber si un cuadro es falso usando luz UV y rayos X?

Las habilidades analíticas de un conservador de documentos son directamente transferibles al examen de obras de arte. Para una primera evaluación de autenticidad, no necesita un laboratorio de millones de euros; a veces, una simple linterna de luz ultravioleta (UV) puede revelar más que horas de observación a simple vista. La luz UV, específicamente la UV-A de onda larga (365 nm), provoca que diferentes materiales emitan una fluorescencia característica.

Los barnices antiguos, por ejemplo, tienden a mostrar una fluorescencia amarillo-verdosa opaca debido a su oxidación. Los barnices sintéticos modernos, en cambio, suelen brillar con una intensa luz azulada o violeta. Un repinte reciente, realizado para ocultar un daño o alterar una composición, aparecerá como una mancha oscura o «agujero negro» bajo la luz UV, ya que la pintura nueva absorbe la luz ultravioleta y no presenta la misma fluorescencia que las capas originales circundantes. Es una técnica no invasiva, barata y extraordinariamente reveladora.

Realizar un primer examen con luz UV está al alcance de cualquiera con el siguiente procedimiento:

Técnicas de análisis no invasivo con luz UV

  1. Preparación del equipo: Adquiera una linterna de luz UV-A de buena calidad, idealmente en la longitud de onda de 365-395 nm. Su coste aproximado es de 30 a 50 euros.
  2. Condiciones de examen: La sala debe estar en oscuridad total para que las sutiles fluorescencias sean visibles. Apague todas las luces y cubra las ventanas.
  3. Proceso de iluminación: Ilumine la superficie de la obra de manera uniforme, manteniendo la linterna a una distancia de 30-50 cm y realizando un barrido lento y metódico.
  4. Identificación de fluorescencias anómalas: Busque diferencias de brillo y color. Un barniz moderno y reciente probablemente mostrará una fluorescencia azul-verdosa brillante y lechosa.
  5. Detección de repintes: Preste especial atención a las manchas oscuras y no fluorescentes. Estas áreas a menudo corresponden a retoques o reparaciones posteriores que no se integran con los materiales originales.
  6. Documentación: Si es posible, documente sus hallazgos con fotografía UV (requiere filtros especiales) para tener un registro comparativo y poder analizarlo con más calma.

Por supuesto, los rayos X y otras técnicas como la reflectografía infrarroja ofrecen una visión mucho más profunda, revelando dibujos subyacentes (pentimenti) o estructuras internas. Estos análisis avanzados son realizados por laboratorios especializados como los del Museo del Prado o el IVCR+i en Valencia. Sin embargo, el análisis con luz UV es un primer paso de triaje fundamental y de bajo coste.

Ahora que conoce los principios, es esencial volver sobre los fundamentos para comprender cómo detectar anomalías con herramientas sencillas, una habilidad aplicable a todo tipo de patrimonio.

Dominar estas técnicas de diagnóstico low-cost le convierte en un defensor más eficaz de su colección, capaz de identificar problemas no solo de conservación, sino también de autenticidad, aplicando la misma lógica inquisitiva y el mismo ojo entrenado.

Escrito por Arturo Méndez, Conservador y Restaurador de Bienes Culturales, especializado en pintura de caballete y escultura policromada. 18 años trabajando para museos estatales e instituciones eclesiásticas en la conservación del patrimonio.